Caminando en Moscú más allá de la Plaza Roja

 Para conocer Moscú hay que salir de la Plaza Roja. Ir más allá del oropel del opulento Kremlin. Es una ciudad muy poliédrica tipo cebolla, o más concretamente como las matrioshkas rusas. Capas y capas, una muñeca dentro de otra. Una lucha constante entre oriente y occidente, pasado y futuro. Moscú es contradicciones, y sobre todo intimismo. Una sociedad que comienza a destacar, aunque siempre con la prudencia y aire sombrío y pesimista del pueblo ruso. 

Hay muchas opciones, y aunque hay que tener un cierto cuidado con la delincuencia, me gusta caminar y ver como las imponentes moles de los edificios culturales y políticos del centro, se van haciendo más grises, pequeños y anónimos, y como la ciudad esconde sus cicatrices. Calles lineales, grandes barrios de bloques uniformes, y un tráfico que comienza a ser incipiente. Moscú la gran ciudad Matrioshka

Caminar por los enormes bulevares sin fin, dejándose llevar por el instinto, pero sin buscar «líos» con la policía de tráfico que tiene una malsana intención inclinación por multar a los turistas que cruzan la calle con los semáforos en rojo. Treinta euros, y sobresueldo. Somos la presa perfecta.

Hay cinco visitas que nadie debería perderse. Es mi lista personal de recomendaciones.

-El Shopping.

No es que comercialmente ofrezca gran cosa, salvo las lujosas boutiques plagadas de oligarcas. Mercados, y decenas de puestos de souvenirs.Y por supuesto las tiendas occidentales que ya ocupan espacios importantes. Me dediqué a caminar por antiguas calles comerciales, comparado con las nuevas como Novi Arbat y Tverskaya, que parte desde la parte trasera del Kremlin.

Una calle con hermosos edificios decimonónicos, algunos de ellos conservando tiendas tradicionales, que han sobrevivido a la Unión Soviética, como la antigua tienda gourmet Yesilevski, en donde además de comprar los usuales vodkas y caviar recomiendo el curioso Chocolote Red October, que es más ligero debido a tener burbujas de chocolate en el interior.

-Galería Tretykov y Bolshoi

De A.Savin (Wikimedia Commons · WikiPhotoSpace) - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=21107181
De A.Savin (Wikimedia Commons · WikiPhotoSpace) – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=21107181

Moscú es una ciudad de imponentes edificios oficiales, palacios, y arterías inmensas. También grandes museos. La Galería Tretykov que pasa por ser una de las pinacotecas más famosas del mundo. Una de las colecciones más grandes del mundo, y que rivaliza con las grandes pinacotecas de las capitales europeas.

Fundada tras haber donado su rica colección el comerciante Pavel Tretykov en 1892, ha venido creciendo casi sin fin a lo largo de los años hasta atesorar 170.000 piezas de gran valor. Pintores rusos y grandes maestros europeos componen esta galería para estar un día completo. O más. Situado al sur del río, en la zona centro se puede llegar desde las estaciones de metro de Tretyakovskaya, Novokuznetskaya y Polyanka. La entrada cuesta 400 rublos, unos 6 euros.

Lavrushinsky Lane, 10, Moscow, Russia, 119017

http://www.tretyakovgallery.ru/en/museum/history/gallery/

El Teatro del Bolshoi es otro de los iconos culturales de fama universal. Teatro, música clásica, opera pero es mundialmente conocido por ser la sede del Ballet Bolshoi. Asistencia a un espectáculo es esencial. Bailarines como Nureyev,  Godonov, Maia Plisetskaya o Mijaíl Baryshnikov pisaron gracílmente, pisaron las magnas «tablas». Un lugar de excelencia artística pero también de odios, tramas, sudor y sangre.

Construido por Piotr Urusov y Michael Maddox en 1776, en la Calle Petrovka, se destruye y vuelve a reconstruir en 1825, cuando se produce su primera interpretación, con Cenicienta. Poco ha cambiado en el Bolshoi salvo que la hoz y el martillo comunista ha sido sustituida por el águila bicéfala de los zares. Entre 2005 y 2009 sufre unas ambiciosísimas obras de reforma. Ambiciosas y polémicas.

http://www.bolshoi.ru/en/visit/road/ Metro  Teatralnaya o Okhotnyi ryad. 

-Universidad y Catedral de Moscú 

Uno de los símbolos del cambio que es la catedral de Moscú, levantada de nuevo en precioso mármol blanco, donde había una piscina municipal soviética. El imponente pastel de bodas de la Catedral de Cristo Salvador brilla nueva desde lo lejos. Entre el Río Moscova y el Kremlin, es el renacimiento de la Rusia imperial, y acorralar el pasado dinamitero soviético. Construía en 1883, era el principal templo ortodoxo hasta que en 1931 fue dinamitado por los comunistas junto con otros 2200 monumentos de especial valor, en un época de «piqueta» salvaje.

Era una especie de herida en el alma de los moscovitas, hasta que vuelve a levantarse de nuevo en 1990. Hoy sus cúpulas doradas, y sus paredes blancas de mármol y piedra hacen brillar el skyline ribereño. 

Y si de aphoto005ltura y opulencia se trata, en la época soviética había también una enfermiza necesidad de erigir enormes edificaciones para glorificar la nueva época. El mastodóntico Gran Palacio del Pueblo, con la estatua de Lenin de 100 metros no se levantó en el lugar de la Catedral de Cristo Salvador, pero si el gran edificio de la Universidad Lomonosov, la más grande y antigua del país.

Y desde 1953 con uno de las cinco torres de Stalin, que pretendía ofrecer los rascacielos más altos de Europa. La torre es imponente, siniestra pero muy aparente. El Vysotniye Zdaniy se erige siendo uno de los puntos más altos de la ciudad. 33 kilómetros de pasillos, y más de 5000 habitaciones.

Se encuentra en la Colina de los Gorriones.

http://www.xxc.ru/english/index.htm

– Museo de Parque del Monasterio de Novodevitchiy.  

Ahora en Rusia, se lleva ahora la espiritualidad y añorar la época zarista, en un templo que huele a cera, cantos, y religiosidad. Y llegué al Parque del Monasterio de Novodevitchiy, que aunque helado, y sin cisnes fue ideal para soñar. El entorno era sinceramente maravilloso. 

Tchaikovsky se inspiró en el hermoso lago del monasterio para situar su ballet.En el suroeste, cerca de la estación de Kiev es patrimonio de la humanidad desde 2004. Fundado en el siglo XVI en la época de Ivan el Terrible, siempre fue un centro espiritual de primer orden, y lugar donde se enterraban los nobles. Amurallados, doce torres, aloja la Catedral de Smolensk. Uno de los primeros centros en permitirse el culto en la época soviética, todavía aloja monjas en su interior.

-Parque de Izmailovo

El Parque Izmailovo, pretende recrear la arquitectura tradicional de la Rusia imperial y eterna. Con nieve, y sin visitantes parecíamos volver a otras épocas. La nieve comenzaba a caer, y a lo lejos en el parque un trineo se mezclaba con los muros de madera del Muro de Izmailovo.

Era una situación idílica y auténtica. No es un pueblo real, pero es fácil volver la fantasía de los antiguos pueblos de madera rusos. Aunque está preparado para los turistas, las reconstrucciones son fidedignas, y parece que estamos en un reino de fantasía. En el exterior, uno de los mercados más interesantes de la ciudad, en donde se mezclan objetos turísticos, y cosas más locales.

Metro Izmailovski Park

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