OCEANIA MARINA

Cuando Oceania presenta su nueva nave en su viaje inaugural el 22 de enero de 2011, a pesar de doblar en tonelaje a las tres naves existentes procedentes de la extinta flota de Renaissance Cruises, la gente no deja de reconocer la silueta distintiva de Oceania, solo que con más volumen para acomodaciones, instalaciones y un conjunto de excitantes innovaciones.

OCEANIA MARINA 009_640x480Frank de Rio había puesto toda la carne en el asador, para hacer que la naviera premium, se pareciese más a Silversea por ejemplo que Holland America o Celebrity. Construida en Fincantiere Sestre Ponente, el Oceania Marina es botado el 4 de abril de 2010, maravillando a propios y extraños.

Las dimensiones se aproximaban a las naves de Crystal con sus 66000 toneladas, pero solamente 1256 pasajeros, atendidos por 780 pasajeros. En la puesta de la quilla, el presidente de la compañía, el carismático cubano-americano Frank Del Rio había colocado además de la tradicional moneda de un dólar, un peso cubano pre-castro.

En España es presentado en sociedad en una fiesta en Barcelona, con toda la pompa y boato que corresponde a la ocasión, para manifestar su firme intención de luchar por el segmento premium en un mercado tan importante como el Español, que experimenta destacados niveles de crecimiento, y porque no, amenazar el “corral” de Crystal.

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Once cubiertas de pasajeros, que van de la 5 a la 16, saltando la 13. El acceso a la nave se realiza a través de la cubierta 5, que tiene un atrio circular de discretas dimensiones, y una escalera de doble cuerpo, adornada con barandillas de metal y elementos de cristal de Lalique. Mirando alrededor, podemos ver las intenciones del nuevo barco. Fusionar la decoración tradicional de los antiguos barcos y las nuevas tendencias de hoteles “cool” de Miami Beach, o New York, no es fácil si se hace mal. Para eso, nada mejor que Ralph Lauren que le impuso su impronta en diseños de Yran and Storbratten. Arte por doquier, cuadros entre otros, de un reputado pintor cubano, y mucha mezcla de volúmenes y texturas.

El barco dispone de diez puntos de restauración, casi todos sin cargo nominal, y que hacen de la experiencia Oceania, toda una celebración gastronómica. Tenemos en la cinco además de las boutiques, y el gran teatro panelado de madera, los restaurantes Red Ginger en rabiosos tonos rojos y negros, y en donde podemos probar especialidades de una cocina de fusión, y la esquina más refinada que es el bistro francés Jacques, en donde podemos degustar las creaciones del genio Jacques Pepin, el guru que inspira los sabores de Oceania. Tipo elegante Bistro de provincias es el restaurante más cálido de la nave.

Mi cubierta favorita es sin duda la 6, no por su poco afortunado Bar Martinis, con una decoración manifiestamente farcusiana, o el casino. Los dos espacios más opulentos los ocupan sin duda. El Grand Bar con una mezcla de objetos variopintos y mobiliario diverso, y que ofrece grandísimos espacios, recordando la amplitud de un gran trasatlántico de época, que explota en todo su esplendor en el Grand Restaurante de popa, de varios niveles pero sin una sola escalera. Una gran lampara de Swarovski, enormes ventanales que nos recuerda los años 30, y tonos color beige, y caramelo.

Sin duda, uno de los lugares más logrado de toda la nave. Si subimos a la doce, tenemos la piscina. Es especialmente grande y las tumbones tanto en esta cubierta, como en la superior tienen grandes espacios para moverse. En el propio entorno camas muy fashion, con cojines pijos, cubiertas blanquísimas con las iniciales de la compañía, y una parrillada con mesas de teka para “Al fresco dinning”. Y volvamos a la comida. El Terrace Café con sus tonos marrones y naranjas, amplísimo y con mesas elegantemente decoradas parece un restaurante especial.

Una amplísima terraza completan uno de los buffets más elegantes y serenos que se ha visto a flote. El Marina incorpora también La Reserve, con cargo nominal orientado al buen vino, y la degustación de las tapas. Y por supuesto, las navieras con cierto nivel, dan gran prioridad a lo que llamamos “enrichment”, o sea cursos formativos, como el taller de manualidades Artist Loft, y el Culinary Arts Centre, el lugar perfecto para recibir clases gastronómicas de primer nivel.

El reputado Canyons Ranch, marca de prestigio en los Estados Unidos, y queOCEANIA MARINA 210_360x480 también se ofrece en barcos como el Queen Mary II, es el encargado de vestir al SPA del Marina. Pero sin duda, mi parte favorita, y como si fuera sacado del castillo de Harry Potter, es la biblioteca que rodea en la cubierta 14 al Baristas Bar. Mini estancias independientes alrededor de las estanterías, con muebles de cuero, chimeneas de mármol, nos recuerdan al ambiente de la biblioteca de un castillo inglés. Por supuesto, que dejamos casi para el final más puntos gastronómicos.

La vajilla de Versace, adorna las mesas del Toscana, el restaurante italiano del Marina, y uno de los puntos más reputados para la crítica gastronómica internacional. El Polo Grill correspondería a lo que podríamos encontrar en una tradicional brasería neoyorquina. Cuero rojo, paneles de madera oscura, y por supuesto cocina tradicional americana basada en los platos de carne. Dejo para el final el Privee…mega fashion. Sacado de una revista de diseño e interiores es todo blanco, con toques de naranja, y es uno de los pocos restaurantes privados en un barco.

Diez comensales que pagarían 500 dolares por poder cenar en un entorno tan exclusivo. Por supuesto los camareros van impecablemente vestidos como para resultar una experiencia sublime. El Horizons Bar es el tìpico salon de proa, ideal para leer, bailar a media noche, o simplemente sorber té en el afamadísimo Oceania “tea time”. Todo el boato, dulces, loza delicada, al ritmo de música de cámara, y siempre con la presencia de la enorme maqueta del trasatlántico francés La Champagne.

Acomodaciones

Tendríamos que hacer finalmente una mención a las acomodaciones. Sin duda su estrella destacada es la suite Ralph Lauren. Imponente espacio de 180 metros con un enorme piano que parece sacada de una hotel boutique.

No obstante, el barco ofrece una gama muy amplia de otras acomodaciones, como las 12 Oceania Suites, las 124 Penthouse, las 20 Deluxe, y sobre todo las 466 verandah (el 90% del total) todas ellas con una decoración muy íntima personal y hasta de casa solariega. Muebles de madera oscura, tonos marrones grises y ocres, y una lencería espectacular por no mencionar los colchones. Pantallas planas, y destaca un ordenador personal para uso de sus pasajeros.

Me llamó especialmente los baños, al contrario de los armarios especialmente agostos, y que disponen a la vez de ducha y baño de mármol separados. Por supuesto articulos de baño de Bulgari au The Verte, particularmente fragante. Algunos camarotes son de Concierge Level, y disponen de champagne, planchado gratuito, snacks en el salón privado. Las Penthouse Suite disponen de mayordomo 24 horas. No nos cabe ninguna duda, ha nacido una estrella.

La cocina

No podemos dejar de mencionar algo de sus diez puntos gastronómicos. Sabemos que Jacques Pepin es particularmente talentoso con los fogones, pero nada mejor que probar algunas de sus creaciones. Destacan platos con las ancas de rana en el Jacques, o platos como los Gnoquis de Hierbas Parisinas, Cassoutet Au Confit du Canard. El Red Ginger juega con la mejor cocina de Asia, fusionando varias nacionalidades. Destacan delicadezas como los Medallones de Langosta Penaeng con Raiz de Loto. El Toscana, en donde la reserva es algo obligado aun antes de embarcarse nos sorprende con la Lubina alla Marsalla, o la cocina con fundamento del Polo Grill con platos de carne muy contundentes.

Por supuesto el nivel en buffets, y del restaurante principal es un perfecto equilibrio de sabores y texturas. Pudimos degustar platos de algunos de sus restaurantes.

El Rissotto con Lagosta fue traído del Toscana, la Lubina con salsa oriental y rodeada de plátano del Red Ginger, y una carne de costilla tan tierna como el llanto de un bebé del Polo Grill. Cada cual más perfecto. No puede faltar un pastel chocolate Valrohna. Y por supuesto el té de la tarde, en donde a pesar del convencional pero apuesta segura y universal Twinnings Tea, cada dulce, pastel, y delicia tenía el punto de preparación perfecta. Para personas que quieran una dieta especial el Canyon Ranch Spa Menu es la alternativa perfecta para combinar placer y salud. Si todos los platos del Oceania Marina, alcanza esa dosis de calidad, no dudaría en recomendar el barco aunque solo sea por el placer de la buena mesa.

DATOS TÉCNICOS:

Eslora: 238,35 m
Manga 32,01
Calado 7,32
Velocidad 20 nudos
Pasajeros 1256
Tripulación 780

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