SOVEREIGN según Beatriz Cabello

Con todos los barcos que hay en sector, mucha gente se pregunta porque me he decidido por el Sovereign. Supongo que la esencia es inmutable en todas las naves. Enormes amaneceres, tardes de paseos, colores del mar. Y mis momentos.

Con un precio contenido, y tocando los puntos más turísticos del MareNostrum, Pullmantur es una aproximación familiar y cercana, en un mundo en donde las navieras compiten en calidad, cantidad y tonelaje. El barco es una vieja gloria, que se hace querer y no compite. Solo te gana el corazón desde el momento que embarcas.

Y allí nos presentamos llenos de ilusión en una ruta eterna, pero a la que siempre compensa volver. Tras un embarque algo lento y caótico, nuestra humilde cabina nos estaba esperando.

La verdad, es que a pesar de ser una exterior de lujo, es poco ilusionante. Supongo que en los ochenta, era un paradigma de confort, hoy cubre el «expediente» bajo mínimos. Sencilla, pequeña, sin minibar, moderadamente bien acondicionada, no tiene demasiados lugares de almacenamiento. Está bien conservada, pero no entusiasma.

Tras el simulacro partimos. La noche estaba luminosa, y cálida. Una de esas magníficas noches de verano del Mediterráneo.

Sovereign. Soberano de los mares. Rey de reyes en 1988, cuando presumías de ser el barco de pasajeros más grande del mundo. Ahora te cuelgan el cartelito de «mejor opción calidad-precio»… pero no ven tu vetusto atractivo. Yo solo tengo piropos para ti: buenorrooo, macizooo, marineroooo, con tu delantera poderosa que penetra en el mar y tu trasero respingón abierto a todos… ¡¡¡Llévame contigo!!!.

La cubierta de la piscina del Sovereign no solo sirve para bailoteos de Pitbull, barra libre de piñas coladas, tostadero de pieles ávidas de escotados vestidos blancos con puntillas y flirteos peliculeros… o ese moderno ritual basado en el romano frigidarium- caldarium que aqui se transforma en bañito piscina-birra y viceversa.

Si te levantas a las 6 y pico tienes un regalo que te llevarás (sin envolver ni lazo) como souvenir más duradero que el pin del coliseo para la nevera: amanecer-brisa fresca-colores que emocionan- rumor de olas-soledad.

Este barco no tiene una pista para correr-caminar-pasito a pasito. Necesitas inventarte un recorrido sorteando escaleras y fregados filipinos matutinos. Hay bastante trozo de suave tartán azulado, pero pensado más bien en epicúreos piscineros, que en románticos paseadores. Claro que las excursiones comenzaban a las 8 y con solo un día de navegación, no hay tiempo para rumiar la carencia de circuito.

La comida era correcta. Las bebidas infinitas y pasables. Los camareros excepcionales (Edison brasileño y Marleine peruana). Los compañeros de mesa, amigos para siempre. Pullmantur, Corte Ingles o el aleatorio y caprichoso emparejamiento de un ordenador nos hicieron coincidir con un matrimonio llamados Bernardo y Beatriz.

Desde el primer momento las risas estuvieron aseguradas. Se añadieron otra pareja adorable, dos guapísimos niños gemelos y una divertida adolescente. Formamos un buen grupo, camareros incluídos.

No asistimos a muchas representaciones en el Teatro. Preferíamos ir a tomar copas con amigos escuchando las magnificas bandas de música en directo. Lo poco que vimos no era demasiado bueno.

El manido Abba que me pareció desafinado, un cómico que te hacía reir por no llorar, y algo de baile moderno. No obstante en ningún otro crucero que haya hecho anteriormente me he encontrado un público tan predispuesto.

Nápoles, Pompeya, Roma, Florencia, Pisa, Cannes, Mónaco, Toulón. Una ruta repleta de lugares interesantes para visitar. Excepto Toulon yo conocía todo y hubiera sido fácil hacerlo a nuestro aire. Pero decidimos apuntarnos a las excursiones de Pullmantur, por comodidad.

Quedé gratamente sorprendida de su buena organización. Desembarcar, transportar y guiar a viajeros de hasta 22 autocares parece una tarea imposible. Pero lo consiguieron con rapidez y profesionalidad.

En Italia usábamos unos audífonos que nos mantenían en contacto, con las explicaciones de los guías locales (buenísimos) pudiendo mantenernos a distancia, rezagados haciendo fotos o admirando los lugares. Mantenían a los grupos unidos otros guías acompañantes que vigilaban no nos perdiéramos entre tantísimos turistas. Claro que una escala de crucero no es nunca suficiente, pero quedamos bastante satisfechos.

INTIMO Y PERSONAL

Pronto me di cuenta que las hamacas de cubierta, deberían formar parte de mis encuadres. Aportaban color y dirígian la mirada del espectador, dando a la escena una visión en primera persona. Las hámacas y el amanecer. La Popa. Cubierta 7. Mismo lugar, otros momentos. Lujo es mirar y ver, pasear y sentir, tener el mar y el cielo al alcance de ti, con sus diversos y siempre bellos matices… a veces dulces , a veces agrios… Estremecerte con el susurro de la brisa, pedir deseos a estrellas viajeras, pintar tus sueños sobre la acuarela de un amanecer, suspirar y sonreir.. vivir.

Tartaleta de higos en una boulangerie artisanale en una place provenzal con mercadillo semanal. Adoro La Francia. !!!. Cierto que la sopa de tomate con pan y albahaca siempre está presente en mi dieta cada vez que visito Italia. Y aunque sea complicado encontrar espacio, hago un sitio para tomar helados.

Pisa sosteniendo la torre?. Tengo un punto más malote, y no podemos resistir la ocasión de hacer una foto más trasgresora. ¿Me compro este deportivo en Mónaco?

MIS CONSEJOS

Los cruceros son paradigma de relajación, pero a mi no hay nada que me estrese más que sus cenas temáticas. Todo comienza la tarde anterior, cuando una hoja se cuela misteriosamente por debajo de tu puerta.

Es el diario de a bordo dándote instrucciones para el día siguiente: que si va a hacer mucho calor, que si puedes comprar relojes con un 75 % de descuento y solo te costarán 100 euros, que si a las 18 horas no estás a bordo te busques la vida, que hay una charla sobre como rejuvenecer 10 años con solo un masaje carísisimo, que si después de haber pagado un fortunón en tu viaje quieres refrescos de lata o bebidas alcohólicas de más calidad has de pagar 5 € al día, que si quieres un momento de intimidad te dejes a los niños en el kid’s club…

Pero lo que yo busco enseguida es cómo tengo que ir vestida en la cena.

Tomar nota: cena de gala, cena de blanco, cena de negro/rock, cena de blanco y negro, cena elegante, cena casual y cena tropical/disfraces. Afortunadamente pudimos cumplir en todas. Pero la de disfraces barra tropical fue un shock para mi. Porque una servidora no tiene un disfraz de plátano como fondo de armario. Al fin lo resolví con un vestido multicolor y unas sombrillitas de piñas coladas en el pelo… por supuesto a juego. ¡¡¡Prueba superada!!!… Y si no vale, digo que voy con un cubano.

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