CROACIA EN L´AUSTRAL: Zadar & Rab

Hoy me levanto especialmente temprano, y consigo una mesa en el exterior, y en seguida uno de los camareros, que recuerda mi nombre, me trae mi té recién preparado. Es la primera vez que el barco hace escala en Zadar, lo que no nos da la oportunidad de tener los mapas preparados para nosotros antes de salir, sin embargo, y aunque la escala es especialmente corta (de ocho y media a once) bajamos en dos minutos, y en tres estamos en el centro de la ciudad. De hecho el barco, atraca en pleno casco histórico, justo en el paseo marítimo, justo cuando los habitantes de la ciudad comienzan a sentirse atraídos por la nueva “estrella en la ciudad”.

Fotos de móvil, gente posando y decenas de curiosos delante del barco. No me extraña; desde fuera levanta también pasiones. Zadar es una de las ciudades más populosas de Croacia. Y aunque su localización sea muy pintoresca encima de una península, y con un casco histórico rodeado de mar, está en el lugar equivocado, por haber sido siempre un enclave especialmente disputado.

Tras una noche con algo de movimiento, por los cambios imprevistos del Adriático, amanece con un sol brillante. Su localización ha traído como consecuencia, que haya sufrido devastaciones tan enormes, que es quizás una de las ciudades de Croacia con menos atractivos históricos, aunque los tiene de sobra.

Zadar

Zadar fue reducida a escombros en la Segunda Guerra Mundial, y ciudad mártir en la Guerra Civil de lo Balcanes, junto con nombres croatas como Vukovar, Osijek, etc, todavía quedan vestigios, y se muestra muy animada, aunque poco turística. La ciudad histórica presenta una mezcla de edificios históricos con adiciones modernas, en ningún caso, es un contraste especialmente brutal. Hay calles modernas, mezcladas con callejones medievales, e iglesias en cada esquina. Dentro del ámbito de lo que era Venecia, todavía se mantienen los leones venecianos en las puertas de los trozos de muralla que se conservan.

Hay puntos llamativos, como la hermosísima catedral blanca de Santa Anastasia, de estilo Pisano, además la Plaza Narodni con la Torre del Reloj, llamada del Centinela, la Iglesia y Monasterio de Nuestra Señora, San Simeón, San Donato, San Francisco, y la Plaza de las Cinco Fuentes. Como en el caso de otras ciudades de Croacia en plena temporada de verano, se vive mucho en la calle.

Terrazas y más terrazas, cafés que lo invaden todo, y sobre todo mucha animación local. Tras un almuerzo francés este día con Milfeuilles, Saint Honore, y otras tentaciones difíciles de superar, navegamos (medio escorados, por el fuerte viento), hacia Rab, una de las localidades más hermosas de la costa croata, que se encontraba celebrando su fiesta medieval.

Rab: La mini Dubrovnik

Y de nuevo usamos los tenders. Rab llama la atención desde la distancia, por encontrarse en un lugar especialmente no adulterado. No es que sea especialmente grande. Literalmente está situada en una península, y como es habitual, se entra por el mar. Desde lo lejos, se ven sus potentes murallas, junto con sus distintivas cuatro torres.

Dos calles principales y algunos callejones con escaleras. No hay demasiados turistas, y si un buen número de yates potentes. Son puntos de interés, sobre todo, las iglesias de San Juan, Santa Maria en lo alto del promontorio, y San Andrés.

Quedan todavía murallas, y un par de puertas, siendo la más antigua la que da la entrada a la “Loggia” (mercado antiguo de la ciudad) y la inspiradora torre del reloj. La verdad es que no se sí es por saturación monumental, es que Rab, más que bonita podría considerarse como “mona”, sobre todo cuando el nos alejamos de la costa, y la vemos anclada sobre el mar, entre una isla frondosa, y las montañas.

Cocktail de despedida «tres chic».

La ceremonia de despedida, fue entrañable con toda la gente maravillosa que nos atendió durante siete días.

Como siempre el lugar elegido fue la piscina, y el tiempo era excepcional. Copas de champagne, la tripulación socializando animadamente con los pasajeros, y música. Presentación, y despedida de la tripulación al completo. Por supuesto de nuestro capitán. A estas alturas, ya nos conocíamos la mitad de los pasajeros, y el cocktail resultó muchísimo más animado que el de bienvenida.

Luego la cena de degustación final quizás de lo mejor catado en el restaurante principal, y como es menester también un homenaje especial a todo el personal de cocina, que no vemos, y hace de nuestras comidas a bordo, algo muy especial.

Aunque el grupo de animación intentaba convocar una fiesta de despedida, había que hacer la maleta, y el salón principal, estaba completamente vacío. Mientras tanto, L´Austral navegaba ligeramente escorado, por la fuerza del viento, hacia Venecia, el punto final de esta interesante singladura.

 

8 thoughts on “CROACIA EN L´AUSTRAL: Zadar & Rab

  1. Bufff… ¡Me encanta! Tengo una sonrisa de oreja a oreja… A mi también me alegra mucho de que estés disfrutando. El cansancio físico es el mejor relajante natural. Bona nit!! Ah, y:

    Slatki život! ¡Es lo mejor! 🙂

  2. Desde el punto de vista geográfico Kotor no está situado en un fiordo (no está formado por un glaciar) sino en una ría (un valle inundado), al igual que Southampton. El valle sumergido de Kotor tampoco es un estuario, por carecer de un río importante que allí desemboque.

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