
DOS CIUDADES, DOS HISTORIAS
Coruña-Santiago, dos ciudades en una misma provincia en la que normalmente sabemos perfectamente lo que visitar. Que si la Catedral, que si la Torre de Hércules. Pero muy pocas cosas que se salgan de los iconos turísticos de toda la vida. Hay sin embargo cosas que forman parte del alma más íntima de cada ciudad. Hablemos de una historia triste, y una nota gastronómica golosa y alegre.

Viajemos unos kilómetros al norte. Bonilla a la Vista, es la nota alegra a esta historia triste. Si visitas Coruña, puedes tomar pulpo, tapas en El Bombilla, o cualquier plato rico de la cocina gallega en calles como La Franja, pero lo que no puede faltar es deleitarse con un icono de la golosa gastronomía local. En la Calle Galera 52, detrás de la Calle Real, esta churrería lleva endulzando las bocas de propios y extraños desde 1949 cuando Salvador Bonilla la abre. Desde la fecha, varios locales por toda la ciudad los convierten en emblemáticos establecimientos, para el patrimonio gastronómico local. Chocolate untoso, crujientes churros, y las famosas patatas fritas, que nos recuerdan a los famosos vendedores de antaño de patatas de la Playa de Riazor.