COSTA NEOCLASSICA EN EL INDICO, según Manu Lodeiros.

Llegado noviembre, y según la dualidad del yin y yang, dudo entre seguir disfrutando de un otoño primaveral en el norte donde vivo, o volver a hacer la maleta. Y entonces, se me pone delante el Costa neoClassica, un buque de 1991 renovado en 2013, y que navega por el mar de Laquedivas bajo el mando del capitán italiano Stefano Boccaccio.

Así comienza una carrera por embarcarme, y como lograr conocer esta exótica parte del mundo.

EL VUELO

Después de estudiar la forma durante 24h, encuentro la forma de hacerlo.  Múltiples combinaciones aéreas, y me decido por un vuelo Madrid-Male (Maldivas)-Bombay-Madrid. Y el yin y yang vuelve a manifestarse; y me pregunto: ¿Con tanto tiempo en un avión, merece la pena incluir tiempo extra de relax, en algún paradisíaco atolón?.

Con este viaje ya volé en las tres grandes compañías de Oriente Medio. Y en esta ocasión fue Etihad Airways, no cubrió del todo mis expectativas. En clase turista, ofrece un servicio normal, sin ninguna amenity, y con un servicio de audio y televisión, pensado para un publico anglosajón o indio; me permito hacer una valoración porque la comparo con Qatar airways y con Emirates, la que mejor producto ofreció en mi caso.

Comenzamos el viaje volando con Air Europa (en código Etihad) a Amsterdam , para continuar en un A330 a Abu Dhabi (aperitivo y cena a bordo), con 2h para estirar las piernas en la terminal, y volver a subir a otro A330 rumbo a Male, donde aterrizamos el día previo a la llegada de un ciclón, pero entre las nubes pudimos observar los maravillosos atolones con cientos de islas.

EMBARQUE Y PRE CRUCERO

El aterrizaje en la isla-aeropuerto de Hulhule es muy original; desembarcas a pie, y en la mini Terminal de Velana Airport, recoges tu maleta. Después sueles llegar a tu alojamiento, en barco¡¡¡. Será siempre así, mientras no terminen de construir el puente que unirá esta isla con la isla capital, Male.

Como comenté anteriormente, llegamos con un día de adelanto para gozar de las maravillosas playas de Maldivas. No es un destino barato, porque al precio del hotel, has de sumar tasas del gobierno, y los transfer del speedboat cuando no vas en avioneta.

Y ya de ir, no te quedes en la capital Male, además de caótica es sucia. Seguro se puedes encontrar algún atolón «asequible» donde poder dormir en una cabaña, y si quieres sobre las aguas cristalinas y llenas de coral. Te recomiendo llevar escarpines, porque hay playas que la arena son múltiples pedazos de coral y cortan).

Nuestra elección fue en el Atolón de Lankanfinolhu, a unos 20 minutos en lancha, al norte del aeropuerto. Una experiencia recomendable, y mejor estar tres o cuatro días, porque te sale mas asequible, y puedes disfrutar de todos los servicios y actividades.

Atención personalizada, cena, desayuno, y comida en un buffet rico y muy variado; las bebidas se pagan aparte, pero no son caras, incluso mas baratas que en el barco. En las playas puedes encontrarte ademas de múltiples peces, rayas y tiburones, todo un espectáculo de colores¡¡.

Con pena dejamos nuestro hotel, para volver a la isla del aeropuerto desde donde Costa Cruceros tenía organizado el embarque. Como punto negativo es la nula complicidad por parte de la compañía, para facilitar el embarque a quien no va con su carísimo paquete transfer-aéreo. Tras el check in subimos a un barco local, para llevarmos al Costa neoClassica, fondeado delante de Male. Aun recuerdo mi primer crucero cuando un camarero te acompañaba a tu camarote; ahora debes hacerlo encontrarlo tu mismo. Supongo que los novatos, o se pierden o empiezan a odiar el barco.

El barco esta fondeado justo enfrente de la isla principal de Male, y tienen organizado un servicio continuo y gratuito de lanchas desde el barco al puerto, que se reduce a una lancha desde medianoche hasta las 7 am. Hay que tener en cuenta la prioridad de las excursiones organizadas. Para descender a tierra, necesitas llevar una fotocopia de tu pasaporte (el original, por operativa de inmigración India, se lo queda el barco). Nuestra primera noche a bordo, contagiados del relax del atolón, decidimos conocer el barco, y madrugar al estar casi todo el día en Maldivas.

EL BARCO

El barco que próximamente abandonara la flota de Costa Cruceros (para navegar por el caribe bajo otro pabellon), se encuentre muy bien conservado, con una decoración sobria y elegante. Sale de los astilleros en 1991, y representaba la subliminación del diseño italiano, de los grandes barcos de los cincuenta y sesenta. De solo 52926 tiene las dimensiones perfectas. En su día fue mimando hasta la extenuación. Muebles sencillos, de modernos, y armonía en cada esquina. Muy lejos de los ornamentos cansinos de algunos de los barcos actuales. Se contó con la ayuda de grandes diseñadores, que aportaron su genialidad. Estatua de Arnaldo Pomodoro en el hall (ahora en otro barco), mosaicos de Tadini, etc.

Con 220 metros de eslora, tiene una distribución acorde a su antigüedad, aunque perfecta para que sus 1300 pasajeros viajen cómodamente. Un atrio sencillo y funcional, en la cubierta 5, y luego todos los servicios concentrados en las cubiertas 8 a 10; Lido y piscinas en cubierta 11, y discoteca en cubierta 14.

La oferta de actividades es limitada, aunque suficiente. Así, en la piscina central se organiza un juego diario; tienes actuaciones musicales en el Salon Puccini, en el polivalente Grand Bar Piazza Navona y en la Disco Galileo, que por el día es un buen punto de observación en la cubierta más alta; ademas del espectáculo diario, en el sencillo y coqueto Teatro Colosseo.

GASTRONOMIA

Costa Cruceros mantiene en este barco la filosofía Neocollection, eso ademas de ser una ruta no habitual. Pone un especial cariño en su gastronomía de la mano del chef Barbieri, haciendo menús temáticos italianos cada día. Señalar que por la especialidad de la ruta, todos los días hay una esquina de comida India, muy especiada y picante, pero merece la pena probarla. Me sorprendió gratamente, que prácticamente podías comer todo el día, sin pagar ningún extra.

Así, el desayuno,  de 7.00 a 10.30, se sirve en el Buffet La Tratoria, en el Grill Al Fresco o en el Restaurante Tivoli. El almuerzo va desde 12.00  a las 15.30. Se puede merendar en el Buffet La Tratoria de 16.00 a las 17.30; y cenar por turnos a las 18.30 o 21.00 pm en el Restaurante Tivoli, o en el buffet de 19.30 a 21,30. Por si quieres tomar un vino internacional, hay una pizza casera o una hamburguesa de autor, en la cubierta 9, en la Creperia Dolce Amore, y la Pizzeria La Tavernetta junto a los vinos Ferrari, que tienen un coste adicional desde 8.50€. Como conclusión decir que me sorprendió gratamente el nivel culinario de este barco, y ademas muy bien atendido y servido, lastima que sigan primando sólo vinos italianos de dudosa calidad.

Para terminar con el barco, decir que los camarotes son pequeños pero funcionales, la decoración es básica  (solo un enchufe), aunque bien mantenidos, a pesar de que los camareros son un poco vagos. Omiten dejar avisos todos los días en cuestiones elementales, o no destacan por la «amabilidad costa».

Con todo, me alegro que Costa Cruceros haga caso a las sugerencias de los pasajeros, (que diferencia con mi anterior experiencia de Costa Cruceros), en Islandia. Es por ello, que aprovecho para recomendarles una mejor atención a su personal. Mayor control de calidad en las excursiones oficiales, y no hacer distinciones por nacionalidades en los servicios ofrecidos, cuando todos pagamos un pasaje.

ESCALAS 

Maldivas

Empezando por el día en Male, donde las alternativas pasan por conocer la ciudad, disfrutar de una playa o del mundo marino. Nosotros optamos por la opción «playa», y la disfrutamos tan pronto dejó de llover torrencialmente, con casi 30º, consecuencias del paso de un ciclón por el norte del país. Luego, nos dirigimos a patear la ciudad de Male. Una vez en tierra, nos ofrecieron, por la mitad del precio de Costa, un recorrido a bordo de un submarino, para explorar las bellezas del fondo marino.

La experiencia de estar durante 40 minutos, dentro de un submarino que baja a 60m de profundidad, merece la pena. Con suerte podrás ver multitud de fauna, en un coral cuasi muerto. Los más bonitos están a más de 1h en barco. Al regresar al puerto, paseamos por el centro de la ciudad; calles estrechas y sucias, como volvía otro diluvio, decidimos irnos a merendar al barco, que zarpa a las  20.00 hacia Colombo (Sri Lanka).

Colombo (Sri Lanka)

Después de un día de navegación por el Golfo de Mannar, aprovechando un día soleado con max de 28º y mínimas de 26º; llegamos a Sri Lanka, para atracar en el puerto de Colombo, una ciudad multicultural, donde el cingalés es la mayoría étnica. Ofrece numerosos templos budistas, tamiles,  hindúes, o la catedral católica; además el Barrio Musulmán de Pettah, que dan muestra de la variedad de etnias y religiones. En esta escala las opciones son llegar a la Ciudad Fortificada de Galle, de la época colonial portuguesa (aunque está a casi 3h al sur); conocer playas, plantaciones de té o elefantes en Pinnawela; o bien recorrer la ciudad de Colombo para visitar su patrimonio histórico y cultural, que fue nuestra elección.

Usamos los servicios de Chanaka de Genuinne Srilankas, para conocer  los templos budistas de Kelaniya Rajamaha Vihara, Gangarama and Seemamalaka.  Además el National Museum, Plaza de la Independencia, Pitta market , Colombo Fort area (Estación de tren), Barrio colonial, Galle Face Green, Asokaramaya budist, Catedral de Santa Lucia, Bandaranayake International memorial, Mt. lavinia Beach. Fueron tres excursiones de Costa por el precio de dos, en coche moderno con aire acondicionado.  La experiencia fue muy positiva, y tengo con ganas de regresar a Sri Lanka; la gente es muy amable y sonriente, y donde en 2020 esperan un gran boom turístico, y comercial por la gran inversión de China en su puerto y barrio comercial.

Murmagao

Al día siguiente navegamos por la costa sur de la India, junto al Cabo de Comorin, y siempre con rumbo norte por las aguas tranquilas de los tres mares que rodean el subcontinente, hasta llegar a la Bahía de Marmugao y atracar en su puerto. Señalar que en este día se lleva a cabo un control de inmigración, para la entrada en la India. Se controla el visado actual, así como un cuestionario básico. En esta escala se nos informa de latente amenaza terrorista, y recomiendan evitar estancias largas en lugares con mucha gente y sobretodo en mercados públicos y órganos gubernamentales.

Así que optamos por acompañar a Costa Cruceros en su paseo por Panaji y conocer la vieja Goa. Primero nos descalzamos para entrar en el templo hindú de Shantadurga; admiramos la preciosa Basílica del Buen Jesús, donde se encuentra el cuerpo de San Francisco Javier (1605) y La Catedral de la Sé (1652). Para luego llegar a la capital Panaji, pasando por el barrio latino de Fontahinas, donde las costumbres portuguesas aun son latentes, tanto en la arquitectura como en el idioma. Regresamos al barco para zarpar a las 17.00, y poder divisar la Isla de Vengurla.

Bombay

La última ciudad por conocer y capital del estado de Maharashtra, con más de 26 millones de habitantes. Es el corazón de Bollywood, y centro administrativo de la India. Y continuamos en alerta terrorista, recomendando estar especialmente atentos a las instrucciones de seguridad en mercados públicos, monumentos nacionales y en dependencias del gobierno. A pesar de ello decidimos aprovechar las 36 horas en esta ciudad caótica y altamente contaminada, con una atmósfera muy peculiar. Lugares de interés son la Puerta de la India, los jardines Victoria, el parque Hajiali, el Museo Gandhi y el parque Kamala-Nehru, Crawford Market, Marine Drive, Chatrapati Shivaji.

El barco atraca en una zona industrial y militar, por lo que los accesos no son fáciles; siendo nuestra elección ir por la mañana a la Isla de Elefanta, y visitar sus cuevas admirando los bajorrelieves de estatuas hindúes. Cogemos un ferry en la Puerta de la India, que nos lleva a Gharapuri, de unos 50 minutos, para luego recorrer a pie un camino de 20minutos. Si tienes suerte, y funciona el trenecito, sólo  serán 5 minutos. Donde comienza una zona de mercado y tiendas de regalos a lo largo de una escalera de 120 escalones, hasta la entrada de las cuevas, durante el paseo hay que tener cuidado con los «simpáticos» monos .

Ya de regreso a la Puerta de la India, damos un paseo por Marina Drive, que por la noche recibe el nombre de «El collar de la reina», por su bonita iluminación; y podemos admirar el Museo Principe de Gales, Universidad de Bombay, Palacio de la Corte Suprema, Torre del Reloj Rajabai, Estación Victoria, Museo Mani Bhavan-Casa de Ghandi, Dhobi Ghat. Este día, saboreamos la comida india en el buffet del hotel Marina Plaza en la Marine Promenade, y por la noche en el barco tenemos Danzas folkloricas, clásicas y de los mayores éxitos de Bollywood. Noche a bordo.

Al día siguiente, para terminar nuestra visita a Bombay, y como ya habíamos comprobado el caótico trafico que hay en esta ciudad, decidimos coger el transfer de Costa Cruceros al aeropuerto, pero con un recorrido particular; así volvimos a la Puerta de la India, a Chatrapati, Templo Iskon, recorrer el mercado de Crawford, y ver la variedad de frutas y flores de la India; para terminar la ruta en el mercado de especies de Lal Baug; que mejor final en el país del curry.

EL REGRESO

El viaje de regreso fue desde el nuevo y luminoso aeropuerto de Bombay, con la compañía Jet Airways. Nos avisaron que desde el centro de la ciudad se tarda mas de 2h. en recorrer los 15 km de distancia. Nosotros tardamos casi 3h, rodeados casi todo el tiempo de motos, coches y camiones, ¡¡que caos de trafico¡¡¡.

Como curiosidad, nuestro vuelo tuvo 3h de retraso porque al capitán le pilló el atasco. Muy mala planificación por su parte, así las 5h que íbamos a pasar en Abu Dhabi se convirtieron en 30minutos estresantes, uffff. Como punto a mencionar, decir que nuestras maletas siempre estaban donde tenían que estar: menos mal.

CONCLUSION

Lamento que Costa Cruceros se deshaga de este coqueto barco, pues para rutas originales y no masificadas es perfecto. Y dudo puedan entrar los nuevos mastodontes del mar. Esta ruta con cualquiera de las nuevos barcos, carecerá del mismo interés. Ademas quiero agradecer su alto nivel gastronómico, que no de bebidas. El recorrido que hicimos en 7 días es completo y variado, siendo factible hacer el recorrido en sentido sur, para conocer mejor la India, con escalas diferentes. Las combinaciones aéreas no son muy complicadas de organizar; y si te gusta el submarinismo es una ruta a realizar, además de dedicarle varios días a conocer Sri Lanka¡¡¡

Manu Lodeiros

 

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