Un paseo por Schaffhausen

 Schaff que?. Bueno, un pueblecito pintoresco del norte de Suiza, y a 46 minutos de Zurich. Una de las zonas rurales más hermosas del país, en donde el otoño hacía presencia con fuerza inusitada, desde el tren, que me llevaría a este idílica y pintoresca localidad. Acariciada por el Rhin, fue un a localidad disputada, y con una rica tradición del comercio fluvial, desde la edad media. Hay algo que debes hacer antes de nada. Cruzar el puente en Freier Platz y contemplar la vista más típica de Schaffhausen. El propio puente está flanqueado por decenas de flores.

Hoy en día, poco más de 35000 habitantes, la hacen una localidad especialmente tranquila y monumental, a las puertas de Alemania.

Su estación es un importante nudo de comunicaciones; trenes y buses alemanes, penetran en la ciudad. Esta proximidad, le hizo ser una de las pocas ciudades suizas en sufrir un ataque americano en la Segunda Guerra Mundial, al ser confundida con territorio alemán. Hoy si miramos a su impresionante casco histórico peatonal, y gracias a los millones de dólares de compensación por el error, no queda huella del fatídico día del 1944.

Si nos damos una vuelta hay cinco cosas que tendríamos que hacer.

-Las puertas, y fortaleza Munot.

Una de las fortalezas redondas más pintorescas de toda Suiza, y en una colina rodeada de viñedos, es un mirador privilegiado de los tejados de la ciudad.  Es el icono turístico por excelencia de la ciudad. Puedes subir a través de sus escalones, o tomar el bus número 4 desde la estación, parando en Künzelsheim.

No hay demasiado dentro, pero es interesante la escalera de caracol hasta el punto más alto. La ciudad no conserva murallas, pero si tres torreones-puertas del antiguo sistema defensivo de la ciudad. La Obentor, Schwabentor, y Diebsturm.

-La ciudad de las fuentes

La ciudad histórica tiene unas escénicas plazas que o bien servían de mercados, o eran paseos para ver y ser vistos. En cada una de ellas, y cada esquina, hay una sucesión de fuentes decoradas siempre con flores, y estatuas.

En Vorstadt y Frogwagplatz hay dos. Una de ellas la Fuente del Soldado. La del final de Vordergasse es la más famosa de la ciudad, y está coronada por la estátua de Guillermo Tell. En Platz encontramos otra con otro soldado, y un escudo de la ciudad.

-Coloristas edificios con pinturas murales

La ciudad está llena de edificios históricos, muchos de ellos con balcones bellamente decorados, y en su gran parte con impresionantes murales. Como una especie de Capillas Sixtinas exteriores. La estrella destacada, es la Haus Zum Ritter en Vordergasse.

Construída por el noble Hans von Waldkirch en 1566, decoró la fachada con pinturas del famoso Tobias Stimmer. Pinturas renacentistas, que representan escenas alegóricas, religiosas o militares. Es como una especie de libro abierto para glorificación de su propietario.

 

-Iglesias, catedrales y museosHay dos sobre todo, aunque muy austeras. La primera San Juan, del siglo XIII, en la antigua plaza de la pescadería y con una torre de 34 metros, y la propia catedral. Mientras que exteriormente tiene una de las torres más estilizadas y fachadas más hermosas de Suiza, el interior es devastadoramente austero a pesar de sus dimensiones. Tiene un precioso claustro y una pequeño huerto botánico monacal.El principal museo de la ciudad que está en el complejo catedralicio, ofrece una interesante colección de artefactos de distinta procedencia. Arte sacro, arqueología, cuadros etc. Como buena localidad Suiza, fabrica relojes de primera calidad. Sobre todo IWC, que ofrece también un interesante museo del reloj.
 
COMO LLEGAR
 Llegamos a Schaffhausen con el tren S16 directamente desde el aeropuerto de Zurich, en apróximadamante 46 minutos, cada hora. Cada billete cuesta unos 20 euros.
COMER Y BEBER
 
País especialmente caro, en donde una cerveza puede costar 5 euros, un café más de 4. Menús del día por 30, y bocadillos por 7. La gastronomía no es nada destacado y la influencia germana es muy clara en su gastronomía. Salchichas, carnes, platos que nadan en queso. No penséis que la fondue es algo universal en toda la geografía helvética. Gruyere queda lejos, más concretamente en la zona francófona. Uno de los locales más destacados es el Falken, la marca de cerveza más típica.
 
La fondue para dos personas cuesta 50 euros, y no debéis marchar sin probar el Rösti, una tortilla de patata cocida local. El tradicional café centroeuropeo es el Vordergasse.
 
No espere que sea barato, y la decoración es una imposible combinación de papeles pintados, alfombras multicolores, y decoraciones clásicas, tiene el regusto del antiguo café antiguo de toda la vida. Eso sí; unas tostadas de pan ecológico integral suizo, y un té te costará unos 10 euros. .
 

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