RUNNING ON WAVES: El barco

Después de una noche suave como una nana, me despierto  escuchando diversos sonidos familiares en el coqueto velero. Nada de megafonía, llamadas a bingos, tickets para tender, ni demás zarandajas. Solo el mar acariciando el casco, y el sonido de la tripulación haciendo tareas varias. Dos pasos literales, y estoy en cubierta, al fondo se visualizaba la costa de alguna isla griega indeterminada. 

Uno de los marineros, muy joven y bronceado por el sol Mediterráneo, lustraba los suelos de madera de la cubierta exterior. Deja su trabajo, me deja pasar con una sonrisa, y un «good morrrrning» con acento ruso. Mientras tanto, un  dicharachero tripulante filipino, para los más madrugadores, antes de abrirse el buffet de desayuno, coloca en un bar exterior  bizcocho recién horneado, café y fruta. Estoy muy relajado.

Tengo tiempo para explorar. Como yate privado, usado como charter, o en su programa de cruceros a las Islas Griegas en verano, el Running on Waves se construyó en 2011 en el astillero de Gdansk & Jaroslaw Filiak, y decorado por Choren Gdansk. Desde el primer momento, el velero de tipo «barquetine», estuvo orientado a satisfacer a un propietario exquisito, que le gusta los placeres de la navegación tradicional, recreándose en épocas pretéritas. Con casco de acero, lleva una turbina auxiliar Volvo Penta, y alcanza una velocidad de 18 nudos. Está certificado para navegar en todos los mares, salvo las zonas polares.

Las dimensiones, son notables para un yate privado: 9 metros de manga, 3,2 de calado, y 634 toneladas. De eslora 64 metros, y puede acomodar a 45 huespédes, atendidos por 19 tripulantes. De puente abierto, dispone de tres cubiertas de pasajeros. En la cubierta inferior y principal están los camarotes; adicionalmente un salón multifunción, que sirve como restaurante. Dos bares externos. En la cubierta superior, encontramos un salón exterior en popa, otro en el centro del velero, zona de tumbonas, y un jacuzzi. Dispone de una marina, para experiencias acuáticas, y desembarque de tenders. Detalles, me enamoran los detalles como la maquina de café vintage.

Me doy un paseo, para conocer el barco con más detalle. Me siento como si fuera en mi propio yate privado.

LAS CABINAS

Navegar en un velero debe ser una experiencia tradicional. Madera, cuadros marineros, bronce. Mosaicos y mármol de orientación mediterránea. Pero sin dejar de lado, las comodidades propias de un crucero de lujo. Camas buen tamaño, lencería de calidad, colchones increíblemente cómodos.

También aire acondicionado, pantallas multicanal en donde podemos ver images de las cámaras instaladas en mástiles y bajo el agua, o datos de navegación. Además, almacenamiento generoso, neveras, cajas fuertes. Baños con duchas amplias, y amenities premium Korres. Las dimensiones van desde los 11 a los 20 m2, en el caso de la mini suite. En la cubierta principal, hay 6 cabinas premium, y en la inferior 14 más, de las cuales 5 pueden ser triples.

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